Cantos de sirena...

La mitología debería oír hablar de esa mujer que conocí. Quizás, así, se daría cuenta de que las sirenas no le pertenecen.

Elegí un corazón astillado a cambio de escuchar su voz, entre mares de sabanas y sonrisas.
Di mi reino por sumergirme en su mirada, aunque no supiese navegar.
Y, al final, naufragué por cumplir un sueño.

Es la epopeya más bonita que he vivido
... y en la que más he sangrado.